domingo, 28 de marzo de 2010

Cap V


Tali salió corriendo escaleras abajo, para ver cual era la causa de tal alboroto. Al parecer el ruido provenia del patió, donde se encontraban minutos antes, su ama, su amiga y el prometido de su amiga.


-¿Qué sucede por qué tanto alboroto?

- Ay hija! Gracias a Dios que este joven estaba aqui o si no ese ser terrorifico me hubiera matado.- La señora Carla Montpelier, estaba mucho más pálida de lo normal y parecía estar a punto de desmayarce.

-¿Un ser terrorifico? ¿Cómo así? ¿Que sucedió? - Tali cada vez estaba más preocupada.

-Nada mi querida señorita, lo que pasa es que su ama y Viveska son muy cobardes y le tienen miedo a pequeños visitantes como este. - Sasha pusó delante de Tali su espada, la cual tenia en la punta un rata ensartada.

-!Oh, Por Dios! !Que salvaje es usted Aleksandr! !Pobre animal! - Dijó Tali mientras daba la espalda a la sangrienta imagen.

-!Pobre animal! !Si es una terrible bestia, muchacha! - El ama estaba a punto de caer sobre el suelo con toda su inmensa humanidad.

-!Ay, ama no exagere, era solo una pobre rata! y además ¿Donde esta Viveska?

-Viveska, mi señora, salió corriendo apenas vio a esta pequeña criatura, debe estar encerrada en su habitación dando gritos. Si usted y su ama me acompañan, podre entrar a los aposentos de Viveska a ver que tal se encuentra.


Tali, Carla y Sasha se dirigieron a la planta superior, donde se encontraban las habitaciones, al llegar al ultimo escalón, se encontraron con Valeska tirada en el suelo y a Gael tratando de despertarla.

jueves, 25 de marzo de 2010

CAP IV

Tali salió del cuarto de Gael y se dirigió a la habitación de Viveska, su hermana de crianza y confidente. Entró al cuarto y no la encontro, supuso que estaba en la terraza y estaba alli junto a su amado Aleksandr, el hombre de confianza de su padre, Sasha, como le decian de cariño, era todo un misterio, encantador pero de mirada peligrosa. Era un mal momento para interrumpirla así que se dirgió a su habitación para estar un rato a solas y escribir en su dirario...Su otro confidente.

"Se que te he tenido olvidado, pero, sabes ayer Sasha trajo a un hombre de la cárcel, venia muy mal herido y débil, se veia tan inocente y agobiado, cuando mi madre aún vivia me enseño algunos remedios que se veian en su tierras, así que me ofrecí a curarlo y cuidarlo, eso si, no sin antes recibir instrucciones muy precisas de parte de mi padre. 1. No descuidarme en ningún momento pues era un hombre al que acababan de sacar de la cárcel 2. Tendría que estar con mi ama, pero esta tendría que estar en un lugar no visible 3. Si aquel personaje llegara a preguntar por él debía retirarme enseguida. No sabes lo que me costo salir de aquella habitación, sus ojos hipnoticos me hechizarón, sentía una necesidad incontrolable de cuidarlo hasta que recobrara todas sus fuerzas. Estaba helado, cuando pose mi mano sobre su hombro, me estremecí por el frío contacto con su piel. Parecio sorprenderce, pero cuando me vio, cuando nuestras miradas se cruzaron parecio que toda una eternidad se hubiera congelado. Sonrio y luego hablo con una potente voz de tenor. Debe cantar muy bien, espero que cuando se recupere mi padre nos permita cantar algunas canciones en el salón principal, como hacemos aveces con los invitados...Me despido, mi ama me esta llamando. Parece que ocurrio algo."

jueves, 11 de marzo de 2010

CAP III


Gael se desperto aturdido, se sentia cansado, tenia un dolor insoportable en sus muñecas, no sabia donde estaba, todo estaba oscuro, solo la leve luz de una vela iluminaba un rincón alejado del cuarto. Vio agitarse una sombra. Trato de incorporarse, pero una mano se posó sobre su hombro. -No se preocupe Sr. Marx, todo estara bien, sus heridas van sanado muy rápidamente. Gael busco con sus ojos de quien era la mano y aquella voz tranquilizadora. Estos eran de una joven de piel palida, cabello oscuro, liso pero ondulado en las puntas. Se encontro con sus ojos verdes de esmeralda. -Gracias. Permitame el honor de conocer el nombre de tan hermoso ser.-dijo Gael. -Mi nombre es Tali. Mi padre es quien lo ha sacado de la cárcel. No se me ha dicho porque estaba allí. Pero, me ofrecí a cuidarlo porque...- La joven se detuvo y se levanto para irse. -Espera, no te vayas. Quedate un rato aqui. Tu compañia es muy agradable. - La joven se dio la vuelta para mirarlo y accedio a quedarse con él. Después de todo ella misma se habia ofrecido a cuidarlo. -¿Por qué te ofreciste a cuidar a un hombre del que no sabes nada? No sabes ni siquiera porque estaba en la cárcel.- Inquirio Gael. -Usted no me parece un hombre peligroso, ni malo. Y si mi padre lo sacó de la cárcel, lo trajo aquí y me permitio cuidar de usted. Es porque usted no es una mala persona.- La sinceridad y el afecto con el que la joven hablabla lo enterneció. Queria acariciarle el rostro pero se contuvo. No queria faltarle el respeto tomando confianzas que no se le habian permitido. -Gracias.- Fue lo unico que pudo decir. Tenia muchas preguntas sin respuestas pero queria disfrutar de la compañia de aquella jovencita que sin saber quien realmente era él, se habia preocupado por cuidarlo. -Mi padre me pidió que cuando despertara le dijera que mañana en la noche bajara usted a su despacho. Allí se encontrara con Bernardo, uno de los amigos más cercanos de la familia. - Gael se pregunto si también veria a aquel hombre misterioso que lo habia sacado de la cárcel. - Muchas gracias ¿Vere a su padre también? - La joven lo miro y sonrió. - No lo se. Pero me dijo que si usted me preguntaba algo sobre el deberia retirarme de aqui. Excuseme usted, mañana vendre a ver como sigue- La joven se retiro, dejando a Gael cuestionandose porque tanto misterio.

viernes, 5 de marzo de 2010

CAP II




Gael se sobre salto por los golpes en la tapa de su ataúd, cuando se dio cuenta que era lo que realmente pasaba entro en pánico. El ataúd habia sido sellado desde afuera con clavos, que al parecer estaban benditos, ya que sentia que cada vez se debilitaba más. Trato de soportar lo más que pudo despierto, pero el poder de los elementos sagrados lo venció.

Cuando desperto estaba encadenado de las muñecas en la pared, en una posición incomoda, no podia sentarse, aunque para los vampiros cualquier posición es comoda porque pueden permanecer como estatuas, luego de haberse debilitado de aquella forma, sin haber podido tomar un trago de sangre y tener en sus muñecas unas cadenas que estaban benditas no era nada comodo, no tenia fuerzas, no podia resistir en pie y esas cadenas rosiadas con lo que parecia agua bendita, le quemaban inclementes la parte del brazo de donde lo tenian sujeto. Sentía desfallecer cuando un hombre vestido con una capa negra que le cubria el rostro, entro a su celda.

-Gael Marx ha sido condenado por herejia a la hoguera por el papa y la santa iglesia catolica...Pero un amigo suyo ha pagado a la inquisición una gran suma de dinero y usted a sido puesto en libertad...Eso si, no crea que esto es gratis, más adelante mi señor sabra cobrar el favor.

-¿Elizabeth qué paso con ella?

-Es una pena informarle que su señora fue quemada a plena luz del medio día de hoy...Increible efecto tiene el sol sobre craturas como ustedes.

-Noooooooo! Elizabeth mi Elizabeth, sin ella no quiero vivir prefiero que me condenen a la hoguera, que me torturen, pero no puedo vivir así...

-Vamos ya dejese de pataletas. Guardia despojelo de las cadenas.


Una vez que le quitaron las cadenas, Gael extenuado por el maltrato y la exposición a simbolos sagrados, se desplomo inconciente sobre el piso humedo y frío de la celda...

lunes, 1 de marzo de 2010

CAP I



Ya en su ataúd Gael recordaba la noche de invierno cuando el espectro de la voz de su amada Elizabeth llegaba a sus oidos, parecia provenir del bosque. Era imposible, debia ser otro mal sueño, uno de otros miles que le recordaban a su prometida muerta. No, esta vez era real, él estaba despierto, lo sabia. Lo sentia.


Se levanto de su cama, tomo el abrigo de piel que tenia guindado sobre el perchero de salida, se calzo y salio de su casa siguiendo el eco de lo que parecia la voz de su amada. Llego a un claro del bosque donde la luna se levantaba imponente, acariciando con sus rayos el dolor de su alma, la oscuridad de su ser... Se sentó sobre el pasto a admirar la belleza de la naturaleza. Cerro los ojos concentrandose en el silencio de la soledad. De la oscuridad. Sintió que Elizabeth se acercaba a él. Penso que era solo otra jugarreta de su imaginación. Sintió los labios de Elizabeth contra los suyos, rozandolos suavemente, dirigiendo aquel beso hacia su mejilla, su garganta. No abrió los ojos queria seguir en lo que él creia una fantasia. Depronto sintió un dolor punzante en su cuello, abrió los ojos y allí estaba Elizabeth alimentandose de su sangre, tenia miedo y a la vez estaba fascinado con la belleza resplandeciente que emitia Elizabeth, dejó que se saciara, se rindió ante su dama. Ella se detuvo y lo miro a los ojos, sonriente. Pero, habia algo en sus ojos que no era igual, una nube de oscuridad señia su alma. No era la misma Elizabeth dulce y tierna de la que se habia enamorado. Era una Elizabeth seductora, voluptuosa, elegante... No importaba aún la amaba.

-Gael, ahora viviras conmigo para siempre...


El solo asintio con la cabeza.