miércoles, 23 de junio de 2010

Cap XI


En el insante después que se escucho el disparo el gran lobo cayó a los pies de Gael, él levantó la mirada se encontró con unos ojos claros, entre fríos y cálidos. Un hombre no mucho mayor que él, lo miraba con expresión seria.




-Mi nombre Señor Gael, lo hubiera querido revelar hasta mañana. Pero como al parecer o usted tiende a meterse en problemas o su mujer no lo va a dejar en paz, me vere obligado a hacerlo en este preciso instante. Mis padres me llamaron Leon Mawson Di Bartichiotto.




-Señor Leon un gusto conocerlo, disculpe todos los problemas que he ocacionado, porfavor no ha sido mi intención. Creame que nunca pondria en riesgo a personas que se han portado tan bien conmigo, mucho menos a su hija Thali. -Esto último, que dijo Gael, fue tan involuntario que él mismo se sorprendio. Al parecer al hombre que tenía frente a él no parecia sorprenderle tanto.




-Según me han dicho, y puedo comprobar ahora, usted y mi hija se entienden muy bien. Eso me agrada pues en parte lo he traido a usted, para que me ayude a educarla en cuestiones de armas, puede que le paresca que una dama no deberia utilizar espadas. Pues bien no me importa lo que piensen, es por su seguridad. Pero, no solo quiero que le enseñe de espadas si no sobre su especie. No, no se preocupe, somos sus amigos no sus enemigos. No utilisaremos sus enseñanzas contra usted...Aún no puedo decirle que es exactamente lo que nos amenaza. Lo que más me preocupa es la seguridad de mi hija, Viveska tiene a Sasha, es un buen muchacho y excelente guerrero. - Gael no sabía que responder. Todo era confuso, pero la seguridad de Thali, por algún extraño motivo, le importaba más de lo que él hubiera querido.




-Esta bien, prometo protegerla y enseñarle todo lo que sé. Pero a cambio quiero respuestas. Respuestas de que es lo que esta sucediendo, ¿Por qué me sacaron de la cárcel? Ustedes... - Gael se quedó callado, no se acordaba de casi nada de sus pasado, tal vez de lo único era de su relación con Elizabeth y su conversión. Ella nunca habia querido responder preguntas.


-Están aconteciendo ....muchas cosas. Hay seres, creo que son de su especie, que nos visitan mucho últimamente. Mis hijas Thali y Viveska tienen pesadillas llenas de sangre, la única forma  de evitar todo esto es prendiendo fuego en las chimeneas de los cuartos. Al parecer les espanta el fuego. Ahí el porque de su venida; Sobre su pasado,ya iremos hablando. Usted y yo estamos más conectados de lo que cree. Será desde ahora como un hijo para mi. Que descanse Gael... -La visión de Gael se volvió, sintió el cuerpo pesado, sin ninguna fuerza. No entendió que pasaba hasta el día siguiente.

domingo, 20 de junio de 2010

Cap X


-Elizabeth!? Qué haces aquí? Como...Como sobreviviste? - Gael trataba de controlarse. No podía, sentía una necesidad incontrolable de proteger a Tali. Presentía que Elizabeth era una amenaza para la vida de esta.-Ya ves amado mío! -la forma de pronunciar esas palabras, hicieron que un escalofrío recorriera el cuerpo de Gael. - Pocas personas saben cómo matar a un vampiro, y la inquisición...bueno no es muy diestra en estos asuntos. - Elizabeth se había aproximado demasiado al rostro de Gael y lo acariciaba con la mano derecha.-Elizabeth, por favor aléjate de mí, hace mucho que nos distanciamos, demasiado, ya yo no significo nada para ti...- Gael le dio la espalda.-Ni yo para ti! Tienes a tu nueva amante, la hija del que te saco de la cárcel, esa..- Calla! con ella no te metas Elizabeth, que así como me conociste una vez, ahora me desconoces.- Gael la había vuelto a enfrentar, tenía la mirada incendiada con una ira que él desconocía hasta ese momento. Una frialdad que Elizabeth desconocía por completo.-Vaya que es importante para tí, por como me miras, supongo que no me podre acercar a ella durante un buen tiempo, por lo menos no hasta que regenere mi ser. -Te lo advierto, déjala en paz. ¿Qué quieres de mi? ¿Por qué has vuelto?-Tú mi querido, estas unido a mi por el lazo, creador/creatura. -Yo mi querida, no soy tu pertenencia, nunca la fui, nunca la he sido, nunca la seré. -Gael tenía agarrada por un brazo a Elizabeth, su voz se había vuelto oscura, monótona, fría. ¿Qué producía que quisiera proteger a la joven hija de su "salvador" de esa manera? No tenía la respuesta. -Gael mi niño, cuanto te deseo. - Elizabeth había logrado acercar su rostro al de él y sujetarlo por la nuca. Trato de besarlo, pero Gael la empujo y la tiro al suelo. -Yo te detesto, me causas repugnancia, ahora veo que tu exterior es igual a tu interior. -Nunca me amaste por lo que veo. Solo te importo mi físico...-Cállate, sabes que no fue así, te amaba cuando eras humana, te amaba cuando eras un ángel ahora eres... eres...-Dilo, di quien soy, di que soy la nueva Bathory...Di que soy un demonio. Porque lo soy, pero tu también, eres un inmortal.-Puedo ser un inmortal, pero mi alma o lo que sea que tenga, no es de un demonio, sabes que trato de no serlo, sabes que si no fuera porque trate de amar tú nuevo ser nunca hubiera probado la sangre inocente. Ni ninguna sangre.-Eres débil - Elizabeth se había logrado poner de pie.-Si, probablemente lo sea. Pero no me retes a probar cuan despiadado puedo ser. Porque no dudare en serlo.-Que miedo...Pff por favor Gael, simplemente vine por ti, tú me necesitas para vivir. No. Para sobrevivir en este mundo. Vámonos de aquí, sígueme, todo será igual que antes. Parecido, quise decir.-No Elizabeth, recuerda que cuando uno ama con gran intensidad a alguien, cuando ese amor se vuelve odio la intensidad se duplica. Ahora te odio el doble de lo que te ame...-Esta bien, otro día nos encontraremos, pero antes, te daré una lección... Dreak, Ion, les doy el honor...Dos lobos gigantes salieron al encuentro de Gael, no hay nada mejor para desgarrar la piel de un vampiro que unos colmillos de lobo, la saliva de los hombres lobo tienen un veneno corrosivo para la piel de los vampiros. Un primer lobo se lanzo al encuentro de Gael, cuando iba a morderlo este lo atajo y le dio vuelta a la cabeza, sonó en seco, como si algo se hubiera quebrado, si no lo habia matado por lo menos lo habia dejado fuera de combate por un tiempo. Cuando se giró para darle la cara a un segundo lobo, vió que las fauces de este estaban abiertas, a punto de cerrarse en una mordida letal en su cara. Se escucho un disparo.