martes, 13 de julio de 2010

Cap XII


Tocaron a la puerta y Gael despertó aturdido, estaba profundamente dormido, se levantó rápidamente. Se percató entonces que no le dolían los antebrazos, se miro las muñecas estaban sin un rasguño, si bien era cierto que las pasadas horas, había empezado su rápido proceso de curación era un hecho que las heridas causadas por objetos benditos eran las que más llevaba tiempo curar, incluso semanas. Abrió la puerta delante de él estaba Tali y su padre se encontraba detrás de ella.

-Buenos días Gael, tenemos que hablar Viveska, Sasha, mi padre, usted y yo algo muy importante. - Sasha y Viveska se encontraban detrás de la pared por eso no los había visto. - Nos preguntábamos si... podría usted acompañarnos? - Tali lo miraba con una dulzura que su corazón adolorido, no entendía.

-Claro señorita. Podrían ustedes...? - Gael se miró la camisa, estaba vuelta pedazos, gracias al lodo y a la lluvia de la noche anterior.

-Por supuesto. -Respondió Leon - 2 minutos lo esperamos acá afuera.

Gael cerró la puerta y se cambió, salió y siguió al resto de la tropa.
Llegaron a un estudio de grandes puertas hechas del más fino roble, algunos tallados tenían sándalo, el agudo sentido del olfato de Gael lo percibía tal vez con más intensidad que el resto. Al entrar en el gran salón, no era la sala llena de libros y muebles que él esperaba, si no una gran sala para practicar esgrima.

-Aquí Señoritas, se les enseñaran el arte del esgrima, Sasha enseñara a Viveska y el Sr. Gael a Tali. Aunque para muchos las mujeres no deben saber de armas, para mi si, y más si la vida de mis dos pequeñas está en riesgo. Considero que estos dos caballeros serán perfectos instructores para ustedes y además las sabrán tratar como lo que son. Unas damas. Ahora, no solo les enseñaran esgrima si no que el joven Gael los instruirá sobre algunas cosas que deben saber, pues hay enemigos más poderosos que un humano. Hay enemigos, que querrán vuestra sangre.

-Nuestra sangre? -Pregunto Viveska.

-Sí, su sangre. Pero Gael se encargara de explicarles luego, solo puedo aportar que alguna de las contras más populares, son portar crucifijoss, ajo en los bolsillos -pero como ustedes son señoritas no creo que quieran oler a ajo- llevar siempre un poco de agua bendita, para espantarlos. En fin...

-Vampiros? Padre? -Preguntó Tali asombrada. Gael mantenía un poco baja la cabeza y la mirada clavada en algún punto lejano.

-Sí. También sé que con cristales de esmeralda, roseados con agua bendita, los seres que tienen alguna conexión con los primeros creados, caen en un profundo sueño por algunas horas, que servirán para escapar en determinado caso que se este en su dominio, esto tiene un punto no tan a favor y es que les proporciona también la capacidad de curarse rápido si se les ha causado alguna herida. Estos os los podría dar, pero, como premio al finalizar satisfactoriamente su entrenamiento, pues son costosos. A usted Gael estos cristales por alguna razón le causan alergia lo comprobé ayer en nuestra pequeña platica. Espero que se encuentre usted mejor, disculpe si le ocasione alguna molestia al mostrárselo.

-No. No se preocupe señor. Me encuentro bien.

-Me alegro, entonces esta misma tarde empezaran las clases.

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